miércoles, 4 de agosto de 2010

Carlos Gustavo y los enteógenos

Carl Gustav Jung y los psiquedélicos

Presentamos aquí un breve pero interesantísimo fragmento de una carta que el importante psicólogo suizo C.G. Jung envió a un conocido.

La epístola está fechada en 1953, año de la publicación del libro Las Puertas de la Percepción, de Aldous Huxley, uno de los primeros escritos -quizás el primero de gran relevancia- sobre los psiquedélicos y su relación con la religión, el arte y sobretodo la mente inconsciente.

C.G. Jung

Jung también conocía el trabajo de Beringer, un psicólogo alemán que fue el primero en estudiar la experiencia con mescalina -el principio activo del peyote- desde una perspectiva psicológica, escribiendo hacia 1923 un voluminoso tratado sobre ello (en cierta manera no tan desvelador como otros trabajos posteriores, como los de Grof, pues parece ser que estaba muy centrado en el modelo de 'psicosis experimentales' inducidas por la mescalina).

Nota para la controversia: cuando Jung comenta que el tomar un enteógeno podría hacer más pesadas sus responsabilidades morales, a nuestro entender está pensando en su labor como transmisor y pedagogo del significado de los contenidos de la mente inconsciente: el hacer asequible a un público culto, en pleno siglo XX, de la validez de las experiencias interiores o místicas. Jung era una persona que tenía con facilidad este tipo de experiencias de forma espontánea, por lo que cabe suponer que su prudencia ante el tema enteogénico deriva del no desear adentrarse en nuevas temáticas -al menos sin haber terminado antes lo que tenía entre manos.


"¿Es la droga LSD como la mescalina? Tiene ciertamente efectos muy curiosos, -vide Aldoux Huxley!- de los cuales sé bien poco. Tampoco sé de su valor con pacientes neuróticos o psicóticos. Sólo sé que no tiene mucho sentido desear saber más sobre el inconsciente colectivo de lo que uno ya recibe a traves de los sueños y de la intuición. Cuanto más sabes de él, mayor y más pesadas se vuelven tus obligaciones morales, porque los contenidos del inconsciente se transforman en tus tareas y deberes individuales desde el momento en que se convierten en conscientes. ¿De verdad deseas aumentar tu soledad y los malentendidos con los demás? ¿Deseas encontrar cada vez mayores complicaciones y responsabilidades? Ya tienes bastante con las que tienes ahora. Si alguna vez pudiera decir que ya he hecho todo lo que sé que tengo que hacer, entonces quizás tendría una necesidad legítima de tomar mescalina. Pero si la tomase ahora, no podría estar seguro de no haberla tomado sólo por curiosidad ociosa. Odiaría la idea de haber tocado la esfera desde donde se hacen los colores que pintan el mundo, donde se crea la luz que hace brillar el esplendor de la madrugada, las líneas de todas las formas, el sonido que llena las órbitas, el pensamiento que ilumina la oscuridad del vacío. Hay algunas criaturas empobrecidas, quizás, para las cuales la mescalina pudiera ser un regalo divino sin efectos secundarios, pero soy profundamente escéptico de los "puros regalos de los dioses". Se suele pagar muy caro por ellos. Quidquid id est, timeo danao et dona ferentes."



Este texto fue remitido por Manu a la lista de correo de Imaginaria

(Jung, 1953)

"Jung on Evil" C.G.Jung. Edited by Murray Stein
1995, Routledge, London
ISBN 0-415-08970-0


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